Cuenta la leyenda las correrías que aventuraron a un grupo de jóvenes que, tras andar y andar a través de caminos insospechados, consiguieron llegar a un lugar en donde las casas eran de lujo, la plaza un símbolo fálico, la cerveza en tubo, las muñecas hinchables, los cantantes mu peculiares... Se ha dicho incluso que se cruzaron en más de una ocasión con Carolina Cerezuela, la de cámera café; sí sí, cómo lo oyes, como lo oyes...
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