Si os ponéis a pensar en un maldito tótem generacional que represente lo que fueron los 80 solo se os puede aparecer un icono en vuestra calenturienta mente: las bambas Victoria. Un artículo solo comparable al Tang o la Nocilla en cuanto a nivel de éxito social.
Las Victoria, eran las únicas bambas que cualquier mascachapas con pocas perras en el bolsillo podía agenciarse y lucir sin miedo a ser vapuleado por los matones barriales.
Se podían comprar a precios paupérrimos en el mercadillo de los gitanos y su duración exacta era de un verano; después de ese tiempo olían como el mismísimo puto infierno. Esto era debido a que se llevaban sin calcetines, cosa que hacía de estas bambas una auténtica arma de gas química.
Los más cools de la pandilla las llevaban sin cordones; una demencial muestra de rebeldía sin ningún sentido ya que las zapatillas solían irse a tomar por culo cuando chutaban la pelota en las tanganas futboleras. De esta manera desarrollaron durante años la habilidad de andar a la pata coja con absoluta maestría; malditos genios!
Poco a poco fueron desapareciendo de nuestras vidas, a medida que íbamos perdiendo nuestra inocencia y aumentando nuestra dosis de etanol diaria.
Ahora a ver quien tiene cojones de ponerse estas zapatillas y pedirse un cubata en la disco! Son putos conceptos antónimos!
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